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sábado, 11 de septiembre de 2010

La gran superioridad del Chelsea de Carlo Ancelotti

El Chelsea suma su cuarta victoria consecutiva en esta nueva edición de la Premier League, y se coloca, aún más líder en solitario, después de aprovechar un nuevo pinchazo del Manchester United en Goodison Park. Esta vez el cordero para los “blues” era el West Ham, sumido en una gran crisis tras tener su casillero de puntos a cero.


Los de Carlo Ancelotti llegaban a Upton Park con un gran bagaje ofensivo-defensivo de 50 goles a favor y 4 en cuatro (sumando los encuentros de la Premier pasada). En esta nueva temporada, el portero checo, Petr Cech, aún no había tenido que recoger ningún balón de la meta que defiende. Su superioridad táctica se impone según avanzan los minutos, y esto maniata cualquier intención de sorpresa del equipo rival. Supone una heroicidad cualquier decisión de salir a plantarle cara a este correoso equipo, que empieza a jugar de memoria, al son del ritmo de Didier Drogba&Cia.

Hoy, el Daily Mirror, en su edición impresa, rezaba que, por fin, Carlo Ancelotti había encontrado la tecla de “fútbol sexy”, que tanto había reclamado Roman Abramovich desde que llegase a la Presidencia del conjunto de Londres. Sus grandes inversiones no habían surgido el efecto necesario para el magnate ruso, pero desde que el técnico italiano, Ancelotti, llegase para el banquillo del Chelsea, la imagen del equipo ha dado un cambio brusco.

¿Pero realmente pensáis que el Chelsea juega atractivo, o “sexy”, palabra exacta que utiliza el prestigioso diario inglés? Cierto es, que los “blues” arrasan al campo que vayan, que su imagen mejora al ritmo de sus goleadas, que las actuaciones de Drogba y Malouda maravillan a cualquier aficionado del deporte rey, pero… ¿su elaboración de juego enamora?

A mí modo de ver el fútbol, la respuesta es no. Las líneas del centro del campo tocan y tocan como si de un patio de colegio se tratase, conectando con Malouda, que desoxigena la presión rival. Su estilo de juego apabulla al más osado, pero no se trata de un fútbol bonito, como podría practicar el FC Barcelona. Se trata más de un juego arrollante, que empequeñece a los demás equipos, que destruye cualquier esperanza de ver un encuentro igualado.

Hoy volvió a ocurrir lo mismo. En el minuto 1, el Chelsea ya se encontraba por delante del marcador cuando Essien remataba un saque de esquina botado por Drogba. Además, un fallo de la defensa ‘Hammer’ daba el segundo antes del descanso. Essien, de nuevo de cabeza, y Scott Parker, ponían el 1-3 final. Los de Avram Grant salieron intimidados en su campo, pero los “blues” no demostraron una fluidez en la distribución del balón para calificarlo como “fútbol sexy”. Más que eso, se trata de un martillo pilón, sin piedad alguna, que marca y destruye sin consentimiento alguno.

Si os fijáis, tal y como relataba Gaby Ruíz en la retransmisión en Canal +, solo hay 4 jugadores de raza blanca en la alineación de hoy frente al West Ham United. Además, estos cuatro futbolistas pertenecen a la zaga, siendo Petr Cech, Paulo Ferreira, John Terry y Branislav Ivanovic. El lateral derecho Ashley Cole sería el último componente de la defensa ‘Blue’, cuyo color de piel es mulato. Las demás líneas son jugadores de raza negra: Essien, Obi Mikel, Salomon Kalou, Anelka y Drogba, componen el once inicial.

No se trata de un tema homófobo, sino que esta explicación reside en todo lo resumido con anterioridad. De sobra es sabido la superioridad física que tiene la raza negra frente a la blanca, y esto hace que el Chelsea tenga un gran explosividad durante los 90 minutos de juego. El gran despliegue físico de jugadores como Drogba, Anelka, y Malouda, o Essien y Obi Mikel en el centro del campo, permiten a los de Ancelotti emplearse a fondo durante el tiempo reglamentario. Esa presión agobia al rival, y permite que se aproveche de los errores.

No se trata de un “futbol sexy” (a mi juicio, una soberana estupidez la calificación que ha otorgado el periódico inglés), sino de saber jugar tus bazas. Y la baza del Chelsea es imponer un ritmo muy alto, para cansar a sus rivales. De momento, la teoría aplicada a la práctica de Carlo Ancelotti surge efecto en el campo durante las primeras jornadas. ¿Servirá para proclamarse campeón de la Premier League sin despeinarse?

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