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jueves, 30 de septiembre de 2010

La elegancia de un cisne bailarín

Dicen los expertos que hoy en día existen 8 especies diferentes de cisnes, y que cinco de ellas habitan en el hemisferio norte. A pesar de su gran peso, son aves que vuelan muy bien. Sus alas levantan un peso cuatro veces mayor de lo que puede levantar una gaviota, lo que le obliga a batir sus alas muy rápidamente, permitiéndole mantenerse en el aire. El 31 de octubre de 1964, en Holanda, surgía una nueva especie de cisne, a la que se la denominó como "el cisne de Utrecht". Su hábitat natural estaba situado en superficies naturales, con medidas de 105x65 metros, aunque se sentía más cómoda en espacios cortos. Solamente había una especie. Su nombre: Marco Van Basten.


Marcel nació en Utrecht, una pequeña localidad de los Países bajos. Su infancia no fue fácil. Con la separación de sus padres, sumado a una larga y angustiosa enfermedad por parte de la madre, el pequeño Marco se refugió en el deporte para superar los problemas personales: el fútbol.  A los 7 años de edad decidió emprender su carrera como futbolista, probando fortuna en equipos locales como el UVV o el USV. Los cisnes suelen ser considerados como los gansos, debido a la torpeza de ambos. Sin embargo, el 1,88 metros de estatura del holandés, sumado a su remate y olfato goleador impropio de los jugadores de la época, llamaron la atención de muchos. Johan Cruyff lo siguió en un torneo internacional juvenil, donde avisó a sus colegas sobre quien iba a ser su sucesor: "Observad a ese muchacho. Es el nuevo Johan Cruyff".


Ese seguimiento le llevó a fichar en 1981 por el Ajax. Allí aguantó dos años en las filas inferiores, aprendiendo de los mejores y tutelado por el "tulipán de oro". Dice el refrán que al que madruga, Dios le ayuda. Y así sucedió con Van Basten. Acostumbrado a superarse antes las adversidades, entrenó muy duro para ser el referente en ataque del Ajax. Tal fue así que, año tras año, ocupaba más portadas por su gran capacidad goleadora. 128 tantos en 143 partidos, una Bota de Oro en 1986, 3 Eredivisie, 3 copa de los Países Bajos y una Recopa Europea avalan los primeros pasos de lo que iba a ser un matador del área.

Ese palmarés suscitó gran interés entre los grandes de Europa. Silvio Berlusconi, entraba como nuevo mandatorio del AC Milán. Intentó usarlo como imagen para su nuevo proyecto, pero no pudo concretar su fichaje. Un año después, en 1987, el holandés vestía la camiseta "rossonera", previo pago de 2 millones y medio de dólares. Era un nuevo reto para "el cisne de Utrecht", que con 23 años llegaba a una de las ligas más fuertes. La Eurocopa de Alemania de 1988 llegaba en el peor momento para Van Basten, ya que su rendimiento en el Milán tras su fichaje fue muy pobre para las expectativas creadas.


Pero Alemania le dio la opción de confirmarse como aquel cisne elegante, matador del área, asesino de cinturas de defensas... fue su oportunidad de reivindicarse, de callar bocas y de recordar que puede hacer la "Garza Real". Marco se vio relegado al banquillo en el primer partido de clasificación en lugar de Bosman, pero la derrota ante la Unión Soviética le abrió las puertas frente a Inglaterra. El "Hattrick" que anotó ante los "Pross" le devolvió la confianza que había perdido Rinus Michels (su seleccionador en aquella Eurocopa) en él. Esa confianza reportó enorme beneficios a los tulipanes, y él se consagró como el mejor jugador de la Eurocopa. Un gol en el último minuto frente a los anfitriones y la inolvidable volea que dio el gol de la victoria frente a la Unión Soviética en la final, le devolvieron al pedestal, convirtiéndose en el máximo goleador del campeonato con 5 goles.
Tras esta magnífica actuación, regresó a Milanello, donde su técnico y afición confiaron en su puesta a punto. Noble como pocos, supo devolver esa confianza puesta en él cada vez que vestía la camiseta "rossonera", dejando en las vitrinas del Club tres Scudettos, dos Supercopas de Italia, dos Champions League, dos Supercopas Europeas y dos Copas Intercontinentales. Además, como premios personales obtuvo un FIFA World Player, 3 Balones de Oro y dos pichichis del Calcio.

                                                

Tras esta magnífica actuación, regresó a Milanello, donde su técnico y afición confiaron en su puesta a punto. Noble como pocos, supo devolver esa confianza puesta en él cada vez que vestía la camiseta "rossonera", dejando en las vitrinas del Club tres Scudettos, dos Supercopas de Italia, dos Champions League, dos Supercopas Europeas y dos Copas Intercontinentales. Además, como premios personales obtuvo un FIFA World Player, 3 Balones de Oro y dos pichichis del Calcio.


 
Eran días de gloria para aquel chaval que eligió el fútbol como medio de superación. Lo tenía todo: títulos europeos y nacionales, premios personales, admiración en toda Europa y un equipo plagado de estrellas, considerado como el mejor conjunto de toda la historia del fútbol. Su gran calidad no estuvo nunca acorde a su capacidad física. Una operación de clavícula y una lesión larga en 1992 arrastraban graves problemas a un jugador que había conseguido todo. Corría el año 1995, en pleno auge del Milán de Arrigo Sacchi, cuando Marco Van Bastan concedía una rueda de prensa para comunicar que se retiraba del fútbol profesional a causa de una lesión de tobillo. "No puedo más con el dolor. Desde el tobillo se me extiende a todo el cuerpo", confesaba el cisne elegante de Utrecht. "Durante tres años el dolor dominó mi vida, cada minuto, era una tortura", sollozaba el tulipán para cerrar la rueda de prensa.

Después de cuatro operaciones quirúrgicas y dos años sin practicar fútbol al más alto nivel, Marco Van Basten se despedía de su afición en un San Siro, que rozó los 60.000 espectadores para homenajear a un jugador que lo dio todo por los colores de su equipo. Posteriormente a su decisión, muchos recuerdan sus remates imposibles, sus cabezazos inesperados, su galope lleno de gracia y sensibilidad. René Martí, doctor suizo que le trató, confesaba en un diario holandés que "Marco siempre ha jugado al fútbol como una bailarina, como un Nureyev con un cuerpo colosal pero con un tobillo que no puede con la presión".


La frágil fisonomía del potente delantero le llevaron a una retirada prematura. Una vez retirado, declaró que nunca sería entrenador, a pesar de que ha hecho un curso en la KNVB, fue asistente de Van´t Schip, entrenador del Ajax en la temporada 2003-2004, seleccionador de Holanda antes de la llegada de Maarjwik y entrenador del Ajax de Amsterdam. Aún así, declaro que  "no quiero oír hablar de ser entrenador. Tres de cada diez entrenadores sólo sirven para empeorar el equipo para el que trabajan. Por esa razón admiro a Johan Cruyff y a Arrigo Sacchi", responde cada vez que le preguntan por un futuro ligado a los banquillos.

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