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sábado, 23 de octubre de 2010

Como en casa, en ningún sitio

Nacido en Fuenlabrada (Madrid), el 20 de marzo de 1984, Fernando Torres siempre ha estado vinculado con los colores rojiblancos del Atlético de Madrid, su equipo desde la infancia. Con 11 años, ingresó en las categorías inferiores del club colchonero, a cargo de Manolo Rangel, su entrenador en alevines. Desde pequeño, cada entrenador le auguraba un futuro brillante en el difícil mundo del fútbol, mientras su madre le bajaba de las nubes aconsejándole que si algún día se cansaba, que lo dejase, que no se sintiese “obligado a seguir jugando al fútbol”. Fernando no cejó en su empeño, y gracias a la ayuda de sus padres y sus dos abuelos, continuó escalando categorías.

                        

Con la camiseta rojiblanca ha logrado conquistar a una afición y a un sentimiento que nunca le olvidarán. Sus goles, sus carreras, su esfuerzo y sacrificio siempre serán recordados, y las galopadas en el Calderón mientras driblaba rivales para introducir el balón en la portería son recuerdos imborrables para cualquier “colchonero”.

                               

Su paso por el Atlético lo califica como “un sueño, aunque fue todo demasiado deprisa y no pude pararme a saborear los entresijos de lo que me ocurría”. En el verano de 2007, y tras muchos rumores sobre una posible venta al Liverpool, Benítez se interesó por él, y los ‘Reds’ pusieron 36 millones encima de la mesa de Cerezo, más Luís García, para llevarse al “niño” a Anfield Road.

                                

Su estancia en Inglaterra le ha hecho más fuerte, y se ha convertido en un emblema para la afición, que incluso tienen una canción para él. Con el Liverpool ha logrado crecer como futbolista, conquistando varios premios individuales como un Balón de Bronce (2008), ser el mejor debutante de la Premier League (2008), tercer lugar del Jugador Mundial de la FIFA (2008), Bota de Plata en la Copa Confederaciones (2009) o estar incluido en el Once ideal de la FIFA (2009), entre otros.

                                           

A nivel de equipo, “The Kid” ha conseguido saborear las mieles del éxito con la Selección Española conquistando, previamente, los Europeos sub-16 (máximo goleador y mejor jugador del combinado español en 2001) y sub-19 (2002), y más tarde, con la Absoluta, ganando la Eurocopa de Austria y Suiza (2008), y el Mundial de Sudáfrica (2010).

                                          

Pero…. ¿y los títulos con sus respectivos equipos?  ¿Qué ocurre con Torres, que tan sólo tiene campeonatos internacionales en su haber? Resulta curioso que el delantero madrileño tan solo haya conseguido alzarse con títulos internacionales, sin haber sido campeón de Liga o de Copa con Atlético de Madrid o Liverpool. “El Niño” abandonó la Ribera del Manzanares con la intención de dar un paso hacia delante en su carrera deportiva, con el objetivo de añadir títulos a su palmarés. Pero tres años después, su vitrina personal a nivel de equipos sigue vacía, mientras que el Atlético de Madrid ha conseguido dos títulos (Europa League y Supercopa Europea) y llegar a una final de la Copa del Rey, desde la marcha del de Fuenlabrada.

                                      
Su carrera parece haberse estancado, y aún más con la crisis económica-deportiva que padece el Liverpool, que vende sin comprar recambios que garanticen igualar el nivel de la plantilla. Además, su papel en la Selección empieza a ser cuestionado tras la aparición fulgurante de Fernando Llorente. Los diarios británicos se hacen eco de unos posibles rumores sobre una venta de Fernando Torres al Chelsea o Manchester City.


Se desconoce qué porcentaje de verdad tienen esos rumores, pero lo que sí está claro es que Torres debe hacer algo para relanzar su carrera deportiva, si no quiere ser recordado como un mediocre delantero, cuando desde alevines se le auguraba un brillante porvenir.
                                                    

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